1 Samuel 26 - La Biblia Reina Valera Revisión 1995

Libro de 1 Samuel
Capitulos:

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1 - {cf5super [1]} Llegaron, pues, los zifeos adonde estaba Saúl, en Gabaa, diciendo: "¿No está David escondido{cf5super [2]} en el collado de Haquila, al oriente del desierto?"

2 - Entonces Saúl se levantó y descendió al desierto de Zif, llevando consigo tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.

3 - Acampó Saúl en el collado de Haquila, que está junto al camino, al oriente del desierto. Andaba David por el desierto, y advirtió que Saúl entraba a perseguirlo en el desierto,

4 - por lo que envió unos espías, y supo con certeza que Saúl había llegado.

5 - Se levantó luego David y fue al sitio donde Saúl había acampado. Observó el lugar donde dormían Saúl y Abner hijo de Ner,{cf5super [3]} general de su ejército. Estaba Saúl durmiendo en el campamento, y el pueblo acampaba en derredor suyo.

6 - Entonces David dijo a Ahimelec,{cf5super [4]} el heteo, y a Abisai,{cf5super [5]} hijo de Sarvia, hermano de Joab: par --¿Quién descenderá conmigo al campamento donde está Saúl? par Abisai dijo: par --Yo descenderé contigo.

7 - David y Abisai fueron, pues, de noche adonde estaba el ejército. Saúl se hallaba tendido durmiendo en el campamento, con su lanza clavada en tierra a su cabecera; Abner y el ejército estaban tendidos alrededor de él.

8 - Entonces dijo Abisai a David: par --Hoy ha entregado Dios a tu enemigo en tus manos; ahora, pues, déjame que lo hiera con la lanza: lo clavaré en tierra de un golpe, y no le hará falta un segundo golpe.

9 - David respondió a Abisai: par --No lo mates; porque ¿quién extenderá impunemente su mano contra el ungido de Jehová?

10 - Dijo además David: par --¡Vive Jehová!, que si Jehová no lo hiriera (sea que le llegue su día y muera, o descienda a la batalla y perezca),

11 - guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero ahora toma la lanza que está a su cabecera y la vasija de agua, y vámonos.

12 - Se llevó, pues, David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl y se fueron. No hubo nadie que los viera, ni se diera cuenta, ni se despertara, pues todos dormían; porque había caído sobre ellos un profundo sueño enviado por Jehová.{cf5super [6]}

13 - Luego pasó David al lado opuesto y se puso en la cumbre del monte a lo lejos, de manera que había una gran distancia entre ellos.

14 - Y gritó David al pueblo y a Abner hijo de Ner, diciendo: par --¿No respondes, Abner? par Abner respondió: par --¿Quién eres tú que gritas al rey?

15 - Entonces dijo David a Abner: par --¿No eres tú un hombre? ¿Quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado al rey tu señor? Porque uno del pueblo ha entrado a matar a tu señor el rey.

16 - Esto que has hecho no está bien. ¡Vive Jehová!, que sois dignos de muerte, porque no habéis guardado a vuestro señor, al ungido de Jehová. Mira ahora dónde está la lanza del rey y la vasija de agua que tenía a su cabecera.

17 - Reconociendo Saúl la voz de David, dijo: par --¿No es esta tu voz, David, hijo mío? par David respondió: par --Sí, es mi voz, rey y señor mío.

18 - Y añadió: par --¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué mal hay en mis manos?

19 - Ruego, pues, que el rey mi señor oiga ahora las palabras de su siervo. Si es Jehová quien te instiga contra mí, que acepte él la ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean ellos en presencia de Jehová, porque me han expulsado hoy para que no tenga parte en la heredad de Jehová, diciéndome: "Ve y sirve a dioses ajenos".{cf5super [7]}

20 - Que no caiga, pues, ahora mi sangre en tierra delante de Jehová, porque ha salido el rey de Israel a buscar una pulga, como quien persigue una perdiz por los montes.

21 - Entonces dijo Saúl: par --He pecado; vuelve, David, hijo mío, que ya no te haré ningún mal, porque mi vida ha sido estimada preciosa hoy a tus ojos. He obrado neciamente, he cometido un gran error.

22 - David respondió: par --Aquí está la lanza del rey; pase acá uno de los criados y tómela.

23 - Que Jehová pague a cada uno según su justicia y su lealtad, pues Jehová te había entregado hoy en mis manos, pero yo no quise extender mi mano contra el ungido de Jehová.

24 - Del mismo modo que tu vida ha sido estimada preciosa hoy a mis ojos, así sea mi vida a los ojos de Jehová, y me libre de toda aflicción.

25 - Y Saúl dijo a David: par --Bendito seas tú, David, hijo mío; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás.{cf5super [8]} par Entonces David siguió su camino, y Saúl regresó a su lugar.